filtros

SI EL AGUA PROVIENE DE UN POZO.

Lo normal es que no lleve algas en suspensión (por no recibir directamente la luz solar) , no siendo entonces necesario disponer de un filtro de arena. Sin embargo el agua puede llevar partículas de arena o limo por lo que deben colocarse uno o varios hidrociclones a la entrada del cabezal.

NOTA: Las pérdidas de carga en los hidrociclones están al torno a los 0,3-0,5 kg/cm2 y se mantiene constante en el tiempo sin depender de la suciedad que se haya acumulado. Es el único filtro que no debe sobredimensionarse para que el agua alcance la velocidad adecuada y la limpieza se realice eficazmente.

A continuación del hidrociclón se instala el equipo de fertirrigación (si no es necesario un filtro de arena) y posteriormente van los filtros de anillas o mallas. Este orden debe ser invariable para que los filtros de mallas o anillas retengan los precipitados o impurezas del abono.

Los filtros de mallas y anillas, cuando están limpios generan una pérdida de carga en torno a los 0,2-0,3 kg/cm2. Normalmente se colocan dos manómetros a la entrada y salida del filtro o de la batería de filtros y se ejecuta la limpieza cuando la diferencia entre ambos es de 0,5 kg/cm2. La limpieza de ambos tipos de filtros se realiza desmontando el equipo, es decir abriendo la carcasa, extrayendo el elemento filtrante (malla o anillas) y lavándolas con agua a presión y con un cepillo. Existe la posibilidad de automatizar la limpieza mediante sistemas de contra lavado, en el que el flujo de agua se invierte arrastrando toda la suciedad hacia el exterior

 

 

SI EL AGUA PROCEDE DE UN EMBALSE O DEPOSITO.

En estos casos lo más probable es que el agua tenga contacto con la luz solar y por tanto lleve algas, bacterias y otras sustancias orgánicas en suspensión, pero que no tenga cantidades importantes de arenas o limos en suspensión ya que estos, si se hace un buen manejo del agua se habrán depositado en el fondo del agua. Por lo tanto, no serían necesarios los hidrociclones, pero si será imprescindible colocar uno a más depósitos de arena a la entrada del cabezal, que eliminarán además parte de los limos y las arcillas que están en suspensión.

Los filtros de arena cuando están limpios generan una pérdida de carga de 0,1-0,35 kg/cm2. Tienen gran capacidad de acumulación de suciedad y su lavado debe realizarse cuando la diferencia de presiones entre la salida y la entrada del filtro alcance como máximo 0,5-0,6 kg/cm2

 

 

La arena a utilizar debe ser silícea, uniforme y con un tamaño igual al del paso del agua en el emisor, con objeto de retener partículas de ese tamaño que pudieran provocar obturaciones. Los filtraos de arena no pueden instalarse después del equipo de fertirriego para evitar la proliferación de microorganismos en la arena.

Para limpiar estos filtros es preciso invertir el flujo del agua en uno de los filtros de forma que entra por abajo, arrastra toda la suciedad y sale por arriba desaguando por un circuito auxiliar. Es conveniente utilizar dos filtros de arena de menor capacidad, colocados en paralelo, que uno de solo con el doble de capacidad. De esta manera, el agua filtrada por uno de los filtros se utiliza para limpiar el otro. La operación de lavado además de limpiar la suciedad de la arena, sirve para removerla y evitar que se compacte o se formen grietas.

 

 

 
 
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